El término "leucemia" describe un grupo de cánceres de los tejidos formadores de sangre, como la médula ósea y el sistema linfático. La médula ósea alberga las células progenitoras capaces de dividirse y diferenciarse en todas las células que forman la sangre. El sistema linfático es responsable de la reabsorción de líquidos en la circulación y de la defensa inmune contra invasores extraños, como bacterias, que de otro modo podrían causar infección. Las leucemias afectan predominantemente a la sangre y la médula ósea, a diferencia del sistema linfático, como es el caso de los linfomas.
A medida que la leucemia avanza de una sola célula a una población de células, puede desplazar y, por lo tanto, interrumpir el desarrollo de células sanguíneas sanas que normalmente ocurre en la médula ósea. Hay cuatro tipos principales de leucemia y se clasifican según sean agudas (de crecimiento rápido) o crónicas (de crecimiento lento) y mieloides o linfocíticas, términos que indican el linaje celular:
Aún así, existen subtipos de las leucemias mencionadas y otras formas de leucemia, como la “leucemia de células pilosas”, que pueden no encajar bien en las clasificaciones anteriores. Por este motivo, es mejor hablar con su médico para abordar las preguntas específicas que pueda tener y determinar juntos cómo abordar mejor sus necesidades de atención.
Las leucemias se desarrollan como resultado de cambios en el material genético dentro de las células de los tejidos formadores de sangre. Estos cambios dan como resultado el patrón de crecimiento y división celular característico de la leucemia. Aunque la mayor probabilidad de desarrollar leucemia se asocia con los siguientes factores, en la mayoría de los casos, los médicos y científicos todavía están tratando de determinar qué causa el desarrollo de leucemia:
Nuestros especialistas recopilan información sobre antecedentes médicos, antecedentes quirúrgicos, antecedentes sociales y antecedentes familiares; realizar pruebas de laboratorio y revisar estudios radiológicos para abordar la atención al paciente de la manera más integral y personalizada.
Su médico puede encontrar evidencia de leucemia en los resultados de un análisis de sangre de rutina o un examen físico antes de que comience a experimentar cualquier síntoma. Su médico podría notar que tiene la piel pálida como resultado de anemia (una afección caracterizada por una cantidad baja de glóbulos rojos), ganglios linfáticos inflamados y/o agrandamiento del hígado o del bazo. Su médico también podría notar niveles anormales de tipos de células sanguíneas específicas indicativos de leucemia.
Si se sospecha leucemia, su médico puede optar por realizar una biopsia de médula ósea para determinar mejor el diagnóstico. Esto implica la extracción de una pequeña muestra de médula ósea para análisis de laboratorio. Alternativamente, un médico puede sospechar que los ganglios linfáticos de un paciente están inflamados debido a una simple infección. En este caso, es posible que le recete antibióticos para descartar esta posibilidad si la inflamación del ganglio (o ganglios) linfático se resuelve.
Dado que muchas leucemias, especialmente las crónicas (de crecimiento lento), no muestran síntomas obvios en las primeras etapas de su desarrollo, la leucemia puede detectarse incidentalmente como resultado de análisis de sangre o exámenes físicos de rutina. Lo siguiente puede ser indicativo de leucemia pero también puede ser indicativo de otras enfermedades:
Es importante que informe a su médico si presenta alguno de estos signos y síntomas, para que pueda determinar su causa y planificar el tratamiento, si es necesario.
La “estadificación” ocurre cuando un médico realiza pruebas y escanea los resultados para determinar qué partes del cuerpo están afectadas por el cáncer. La estadificación es importante porque las diferentes etapas de la leucemia se abordan mejor con tratamientos que pueden diferir en cantidad, combinación o tipo. Aunque la mayoría de los cánceres se clasifican en función del tamaño y la extensión de los tumores porque la leucemia surge del desarrollo de células sanguíneas dentro de la médula ósea, la estadificación de la leucemia considera los recuentos de células sanguíneas y la participación de la leucemia en órganos como el hígado y el bazo. Las etapas de la leucemia varían según el tipo de leucemia. Los factores que afectan la estadificación y el pronóstico de la leucemia (el curso probable de la enfermedad) se enumeran a continuación:
El tratamiento de la leucemia, según el estadio y el tipo, puede incluir quimioterapia, inmunoterapia, trasplante de células madre y/o radioterapia. Estos tratamientos se pueden utilizar individualmente o en combinación según las recomendaciones de su médico. Es importante analizar todas sus opciones de tratamiento con su médico para ayudarlo a tomar la decisión que mejor se adapte a sus necesidades. Algunos factores importantes a considerar al decidir el plan de tratamiento de la leucemia incluyen:
Es posible que sienta la necesidad de tomar una decisión rápida, pero es muy importante hacer preguntas si hay algo de lo que no esté completamente seguro. Es muy importante que usted y su médico se comuniquen y trabajen juntos para sopesar los beneficios de cada opción de tratamiento frente a los posibles efectos adversos para, en última instancia, determinar qué opción de tratamiento es mejor para usted.
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